Oye, que dice mi
hermana Afrodita, que los peep-toes ésos no se pueden poner en el pelo, que son
un tipo de zapatos que enseñan dos dedos por delante. ¡Hombre! ¡No va a ser por
detrás! Digo yo… Lo que no me ha quedado muy claro es qué dos dedos enseñan: si
el gordo y otro, o el pequeño y el gordo... no, pero entonces tendrían que
tener dos agujeros uno a cada lado del zapato… ¿ y sólo en un pie o los dos?...
Bueno, pues eso,
lo dicho. Aunque dice mi hermana, que si alguien quiere ponerse unos peep-toes
en la cabeza, que no pasa nada, que cada uno haga lo que quiera con su vida,
faltaría más... Que mientras no haga daño a nadie, como si los quiere
utilizar para aplastar ajos… pues vale.